3 de noviembre de 2024

¿Se puede empezar de cero?

Lo único que realmente empezamos de cero es al nacer. Pero incluso en ese momento, nuestra composición genética ya está definida para toda la vida. Si lo pensamos, para empezar de cero tendríamos que remontarnos al momento de la fecundación, cuando el óvulo y el espermatozoide se unen. Pero tampoco es un verdadero inicio de cero, ya que estamos formados por la combinación de genes de nuestros padres biológicos.

Es un concepto complicado, ¿verdad? Porque, si fuera así de simple, los hermanos de los mismos padres deberían ser idénticos por compartir la misma carga genética. Sin embargo, todos sabemos que eso no es cierto; cada hermano es diferente. Entonces, ¿qué empieza de cero? Tal vez algo creado en un laboratorio, pero incluso en ese caso, el proceso implica unir elementos preexistentes. Nada empieza completamente de la nada.

La ilusión de empezar de cero
La frase “voy a empezar de cero” o “lo mejor es empezar de cero” es muy común, especialmente en publicidad, donde se usa casi como un mantra. Pero, si lo piensas, es absurdo intentar lo imposible. ¿Por qué nos repetimos esta frase? ¿Para evitar enfrentarnos al verdadero desafío? Tal vez sea una manera de justificar la falta de acción y esfuerzo.

Cambiar hábitos y conexiones neuronales
Las conexiones neuronales se crean lentamente y se fortalecen con la repetición. Puedes formar una nueva conexión en un momento, pero si no la repites, se perderá y no se consolidará como una opción preferente en tu cerebro. Es similar a cómo se forman los surcos en una montaña cuando llueve. Al principio, el agua corre en todas direcciones, pero con el tiempo, se forman cauces que guían el flujo del agua. Estas conexiones neuronales son como esos cauces; guían nuestras decisiones sin que gastemos energía.

Cambiar un hábito requiere motivación, esfuerzo y repetición. No se trata de empezar de cero, sino de modificar y expandir los surcos ya existentes. Intentar hacerlo a contracorriente, como si tratáramos de llevar el agua cuesta arriba, es inútil. No lo lograremos.

Construir sobre lo existente
Si nunca has leído, no comiences por un libro extenso como la Biblia. Si nunca has hecho deporte, no te inscribas en una maratón de inmediato. Tus conexiones neuronales aún no están formadas para esas actividades. Empieza despacio y, si no disfrutas el proceso, déjalo y busca algo que se adapte más a ti. Lo importante es entender que no se empieza de cero. Si algo te gustó en tu infancia o te interesaba pero no pudiste hacer por falta de tiempo, retómalo. Las conexiones neuronales ya existen y aprenderás más rápido.

Conclusión
Los hábitos conductuales son relativamente fáciles de cambiar, pero los cognitivos llevan más tiempo. Si intentas ir demasiado rápido, es probable que termines diciendo nuevamente: “mañana empiezo de cero”, y ya sabemos lo que significa esa frase.